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Procure comenzar una carta con un pensamiento positivo. Así como la primera entrevista con una persona nos deja una impresión duradera, buena o mala, la primera frase de un carta puede producir un efecto decisivo.
Veamos un ejemplo en el que se dice lo mismo, primero en forma negativa y luego positiva:
NEGATIVA
Lamentamos profundamente no estar por ahora en condiciones de atender su pedido de pantalones, pero deseamos informarle que a partir del primero de junio próximo podremos atenderlo... |
POSITIVA
Es una satisfacción informar a usted que a partir del primero de junio próximo podremos suministrarle todo el lote de pantalones que precise por consiguiente, sus pedidos deberán esperar hasta al fecha expresada en que estaremos en condiciones de garantizarle un abastecimiento permanente.... |
Recuerde: El comienzo puede teñir de color negro o rosado toda la carta.-
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